Tal vez pienses que aprendiste a atarte los zapatos cuando eras niño, y en parte es cierto. Sin embargo, lo que probablemente no sepas es que hay muchas formas de atarse los zapatos, desde las más elegantes para ocasiones formales, hasta las más sencillas aptas para ser enseñadas incluso a los más pequeños.
Y, por supuesto, para la lazada en la que los cordones desaparecen dejando bien a la vista la lengüeta de la zapatilla, quizás de diseño, una forma de poner los cordones muy querida por los jóvenes que suelen llevar zapatillas. En definitiva, como habrás adivinado, atarse los zapatos no es tan trivial como parece.¿Tienes curiosidad entonces por conocer los diferentes cordones? Vamos a descubrirlos juntos!
El método más utilizado: el lazo o el doble lazo
El lazo es la forma de atarse los zapatos que la mayoría de la gente utiliza a diario. Fácil de hacer y difícil de desatar, es rápido y a su manera elegante y pulcro, perfecto en pocas palabras tanto para la oficina como para el tiempo de ocio y, quizás por esta misma razón, es la forma de calzarse que más utilizamos. ¿Cómo hacerlo? Es realmente sencillo.
Coge los dos cordones, asegurándote de que son más o menos de la misma longitud, y haz un nudo simple. En este punto, dobla en dos uno de los dos cordones presionando con la mano sobre el nudo simple, y asegurándote de que el extremo (el que tiene la punta metálica o de plástico, para que quede claro) cae unos centímetros sobre el zapato. Con el dedo índice, empuja este cordón alrededor del bucle que acabas de crear, de modo que también quede doblado en dos.
En este punto, asegurándose de que ninguno de los dos extremos se escapa del bucle, apriete los cordones hasta que sienta que el nudo está fuerte.El consejo extra? Ponga un dedo entre la lengüeta del zapato y los cordones, y tire hacia fuera para apretar mejor el nudo. Y si el nudo parece flojo, basta con volver a colocar los cordones entre los ojales y atarlos uniformemente.
Existe una segunda versión de este cordón, el doble lazo. Es una solución ideal para los niños, que suelen correr de un lado a otro, y por la misma razón también para los deportistas, mientras que el lazo sencillo es ideal para los zapatos de cordones que se usan en la oficina, gracias a su sencillez que lo convierte definitivamente en la forma más elegante de atarse los zapatos.
Orejas de conejo: la forma en que los niños se atan los zapatos
Cuando se enseña a los niños a atarse los zapatos, normalmente el método más popular es atar los cordones en forma de orejas de conejo. No sólo facilita que los pequeños se pongan los zapatos, sino que es una forma de darles un poco de independencia sin temer que se tropiecen con los cordones sueltos mientras juegan.Además, es una forma de atar los zapatos que queda especialmente bien en los zapatos de los niños y los hace muy bonitos.¿Cómo se hacen las orejas de conejo?
Como en el caso de la pajarita, primero se anudan los dos cordones con un nudo simple. Después se doblan ambos en dos y se cruzan, pasando el cordón derecho al izquierdo y viceversa. A continuación se pasa uno de los dos por el espacio entre el nudo simple y el punto donde se cruzan los dos cordones. Una vez hecho esto, como en el caso del lazo, se tira hacia fuera asegurándose de que los dos extremos no se salgan. Sencillo, ¿verdad?
El cordón «oculto»
Como decíamos, atar los zapatos de forma que no se vea ningún nudo es una técnica muy querida por los jóvenes, que la prefieren porque deja libre la lengüeta con el logo del zapato y, por tanto, más visible. En realidad, hay dos maneras de atarse los zapatos sin comprometer la estabilidad de la marcha, la elección depende de la longitud de los propios cordones.
Lo primero que hay que hacer es aflojar los cordones de los zapatos pasándolos por los ojales. Haz varias pruebas: los zapatos deben ser cómodos, es decir, no deben resbalar del pie, pero los cordones no deben parecer apretados. En este punto, si te queda una porción de cordón lo suficientemente corta, simplemente pásala desde el último ojal hasta el cordón del penúltimo, creando así un pliegue vertical, y ata el cordón a sí mismo ocultando el extremo dentro del zapato.
Si el cordón restante es aún más corto, puedes simplemente atarlo sobre sí mismo pasándolo dos veces por el mismo ojal. Si es lo suficientemente largo, basta con hacer un lazo, pero manteniendo los cordones bajo la lengüeta, para que el lazo no sea visible.
El cordón alrededor del tobillo
Otra forma de atar los zapatos, querida por jóvenes y mayores, es la que recuerda la forma de atar las alpargatas españolas, en zapatos que no son alpargatas. Especialmente popular para las zapatillas de lona, da un aspecto elegante y pulcro, convirtiéndose en un calzado cómodo y deportivo adecuado para un aperitivo o una cena. Además, es original, elegante e ideal para realzar un tobillo delgado, pero también para quienes quieren disimular una pierna no excesivamente delgada.
Si tienes unos tenis de lona, este cordón es realmente recomendable para un outfit informal pero estudiado. Lo único que tienes que hacer es comprobar la longitud de los cordones y, eventualmente, conseguir unos más largos. En este punto ponte los zapatos como lo haces habitualmente, pero en lugar de atarlos como lo harías normalmente, tira de ellos hacia arriba y pásalos una o varias veces alrededor del tobillo, cerrando el cordón con un simple lazo, y procurando que éste caiga en la parte delantera, a la altura de la lengüeta.
El truco de este tipo de cordón, de hecho, es precisamente la posición del lazo. Éste puede ser más fino y discreto para los hombres, quizás ocultándolo al enrollarlo dentro de los propios cordones. Si quieres un cordón realmente elegante, compra cintas de raso o grosgrain en una mercería y ponlas en lugar de los cordones tradicionales: conseguirás un zapato cómodo, pero elegante al mismo tiempo.
Cordones para cada necesidad
Como habrás comprobado, averiguar cómo atarse los zapatos no era tan fácil.Para cada necesidad -desde no caerse hasta lucir un aspecto limpio y ordenado- hay un cordón específico. Algunos son más una cuestión de estética, otros, como el doble lazo, sirven sobre todo para no hacerse daño al tropezar con los cordones.
Todos ellos, sin embargo, tienen el poder de dar carácter a tus zapatos. Y con la ventaja de que sólo necesitas un simple nudo y puedes añadir un toque de estilo a tu conjunto haciéndolo más original, o más sofisticado, o incluso simplemente funcional, y cambiarlo siempre que quieras haciendo que tus zapatos sean perfectos para muchas ocasiones diferentes.
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